Las dos Españas: la polarización política de la sociedad española

(Elaborado por Ángela L.)



Término ya usado por intelectuales, autores y pintores, como Ortega y Gasset, Antonio Machado o Francisco de Goya, las “dos Españas” se refiere a la división política entre derechas e izquierdas en España. Aunque esta fractura existe desde el S.XIX, esta polarización sigue presente de gran manera actualmente. Según esto, la polarización expresa el grado en que las posturas difieren. A mayor distancia entre posiciones, mayor es el nivel de polarización.

Esta polarización ha aumentado en el último siglo debido a numerosos debates políticos y sociales que crean división entre partidos, votantes de los partidos y sentimientos respecto a esos partidos. Esta distancia emocional en cuanto a las opiniones contrapuestas se denomina polarización afectiva. Hoy en día, además de tener posiciones políticas muy alejadas, el apego por las personas que tienen nuestra misma opinión, y el rechazo por aquellas que no, es muy notable. Algunos expertos remarcan la importancia de las redes sociales, como Twitter (X), en esta polarización. En estos espacios de Internet se leen y se comparten opiniones públicamente; sin embargo, se crean burbujas de opinión ya que la lógica del algoritmo favorece la exposición a ideas y opiniones cercanas a las del usuario, todo mientras se mantiene el anonimato. No tener un coste personal en las publicaciones sirve para reafirmarse con las convicciones de gente que no conoces (Mariano Torcal). Asimismo, hacen más fácil distribuir discursos de odio que alteran y enfatizan estas contraposiciones. Respecto a esto, las principales consecuencias de la división de pensamiento, ambas políticas y afecticas, son la disminución de la cohesión social y la incapacidad de las instituciones para crear acuerdos, lo que lleva a una parálisis institucional, y la inestabilidad en las políticas públicas ejecutadas por los partidos en el cargo.

Por lo general, el término “polarización” tiene connotaciones negativas, aunque también cuenta con aspectos positivos. Algunos académicos destacan la importancia de la polarización en la salud democrática. Esta división tan clara favorece a los votantes en el entendimiento de las posiciones de los partidos, facilitando la elección. Además, aumenta el compromiso político. Hay científicos, como Luis Miller, que defienden que la polarización es un instrumento político y que los partidos son conscientes de ello y lo usan a su favor. Aun así, los efectos negativos son mayores que los positivos. Para contrarrestar esta influencia, hay un acuerdo en la necesidad de aumentar el diálogo entre diferentes grupos políticos y la educación cívica de la sociedad para entender el funcionamiento del gobierno y las diferentes perspectivas políticas. Hay que enfatizar la cooperación y la voluntad de entender distintos puntos de vista, con un debate respetuoso. Comprobar los datos y las acusaciones que vemos en publicaciones en las redes sociales forman parte del ejercicio que debemos hacer para evitar nuestra propia polarización, según algunos académicos.

En conclusión, aunque hay más efectos negativos que aspectos positivos de la alta polaridad política y sobre todo afectiva de la sociedad, hay ciertos aspectos positivos. Aun así, académicos coinciden en la necesidad de la educación, la cooperación y de los debates de opinión para disminuir esta polarización.

 

Enlaces:

La polarización política en España: ¿desafío u oportunidad? -Mikel Barreda, UOC

La polarización política sí puede disminuir-Eduardo Ruiz-Healy, El Economista

Polarización en España: más divididos por ideología e identidad que por políticas públicas- Luis Miller, ESADE

La polarización afectiva en España: bloques ideológicos enfrentados-Lluís Oriol, ESADE

¿Qué tan peligrosa es la polarización afectiva? – Franco Delle Donne, Mariano Torcal (Dialogo Político)


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